arte 예술

11.02.2013

Impresiones sobre la escena artística contemporánea coreana (2008)

Al saber que me venía a Seúl, el artista Daniel G. Andújar y amigo, me envió un texto que escribió en 2008, analizando la situación del panorama artístico coreano. Quizá esté un poco desactualizado, sin embargo, recomiendo su lectura para un primer contacto con el arte contemporáneo coreano:



IMPRESIONES SOBRE LA ESCENA ARTÍSTICA CONTEMPORÁNEA COREANA

Intentar una aproximación a los procesos artísticos que se viven en Corea no puede hacerse sin una reseña explicita al trabajo de su referente más importante en occidente. La proyección del artista Nam June Paik en el arte del siglo XX es innegable. Las exploraciones artísticas iniciales de Paik en el terreno de los medios de comunicación de masas, y en concreto del video y la televisión han contribuido de manera notable a extender el potencial artístico de estos en la esfera del arte.
En su primera exposición en solitario en 1963: Exposition of Music-Electronic Television (Exposición de música- televisión electrónica), celebrada en la Galerie Parnass de Wuppertal, Alemania, presentaba aparatos de televisión dispersados por toda la sala y colocados en los laterales y al revés, que habían sido alterados por el artista para distorsionar la recepción de las transmisiones. Mediante gran número de instalaciones, vídeos, emisiones globales de televisión, películas y performances, Nam June Paik ha logrado modificar nuestra percepción de la imagen temporal en el arte contemporáneo y su trabajo ha jugado un papel importantísimo en la introducción y aceptación de la imagen electrónica en movimiento la relación de los espectadores con estos medios.
Nam June Paik, desaparecido recientemente, ha sido una figura clave en la esfera internacional y un punto de inflexión generacional importante para el contexto artístico coreano. Paik es un referente que traza un perfecto puente entre generaciones y su figura funciona como embajador del arte coreano contemporáneo en el mundo occidental. Su presencia es más que referencial, como puede observarse en el Seoul Museum of Art, y su memoria será preservada perfectamente desde el NamJunePaik Museum, donde se está comenzando a explorar aspectos importantes de la pedagogía y didactica del arte contemporáneo. Su especial visión sobre el uso de las tecnologías de información y comunicación, fue uno de los primeros en usar el término telecommunication superhigway, es usada referencialmente y funciona como articulación e hilo conductor para las nuevas generaciones de artistas coreanos, y no solamente por estos ya que la figura de Paik ha sido utilizada como una especie de icono de una Corea del Sur sofisticada y tecnológicamente avanzada.
La orilla asiática del Pacífico es la región que ha registrado el mayor crecimiento económico del mundo en los últimos treinta años. Con el triunfo de la democracia en 1987, Corea del Sur ha experimentado un crecimiento industrial y económico impresionante, llegando a lograr un lugar privilegiado entre los países más desarrollados del planeta. En aquellos momentos tumultuosos de emancipación democrática surgieron con gran aceptación internacional artistas como Lee Bul, Suh Do-Ho o Kim Soo-ja que fueron aceptados rápidamente por un incipiente mercado del arte global en estos momentos el relato de aquellos años 80 continúa en las pinturas autobiográficas del artista Junghun Kim.
Corea del Sur es un país moderno, avanzado y evolucionado, que mantiene una economía de vanguardia, y puede competir a escala global con cualquier país occidental. Su capacidad para exportar tecnología moderna y de calidad es indiscutible, y sin duda toda esa eficiencia y competitividad está permitiendo a la sociedad surcoreana una gran solvencia para hacer frente a profundas transformaciones sociales y culturales. Esto choca estrepitosamente con la situación en el norte, la economía de Corea del Sur es 23 veces más grande que la del Norte y sus gastos de defensa son siete veces más grandes.
La crisis de mediados de los 90 supuso un verdadero sock, con episodios como el hundimiento de todo un símbolo, el grupo Daewo, o el aborto de macroproyectos como el edificio de Frank Gehry que sería la sede del Museo Samsung. Una vez superado este paréntesis la rápida evolución de la economía coreana continúa transformando la realidad cultural y social del país. Esto ha permitido, en estas dos últimas décadas, a toda una nueva generación de surcoreanos abrir sus referentes culturales buscando formación en las principales ciudades europeas y norteamericanas, acelerando ciertos procesos globalizadores. Seúl, Pusan, Kwangju, Daegu, son sin duda grandes complejos metropolitanos, donde se concentra la gran parte de los cerca de 49 millones de surcoreanos, pero no son precisamente ciudades cosmopolitas. Este aspecto está cambiando rápidamente, al menos, en lo que respecta a la escena cultural, que se muestra cada vez más globalizada. En Corea del Sur, como en el resto del planeta, en este caso coincidiendo con los años pares, en las ciudades de Seúl, Pusan o Kwangju se celebran bienales de arte contemporáneo con cifras de público que sobrepasan las citas más prestigiosas en Europa.
En la gran metrópoli que es Seúl, el cambio es constante, complejo y heterogéneo en una ciudad llena de contrastes donde emergen y se entrecruzan las estructuras financiadas por poderosas fundaciones pertenecientes a las corporaciones de la nueva industria coreana y los espacios más radicalmente alternativos. Un sofisticado entramado de infraestructuras e instituciones artísticas y culturales que dinamizan la ciudad desde barrios como Pyungchang-Dong, donde en la ladera del monte Bukak, una zona rica y muy esponjada en una ciudad muy compacta, se distribuyen impresionantes galerías privadas, algunas de mayor tamaño que muchos museos europeos. Allí encontraremos a la flor y nata del boyante coleccionismo asiático. El mercado del arte en Corea se amplió en base al crecimiento económico de la burbuja en los años 90 y los artistas jóvenes comenzaron a ser introducidos en la escena internacional del arte. Kim Soo-ja, Lee Buhl, Choi Jung-wha, Yook Geun-byung, Kim Young-jin y Cho Duk-hyun comenzaron a ser muy conocidos para la audiencias internacionales, se comenta que ahora se está moviendo mucho más dinero que antes de la crisis de mitad de los 90. Si juzgamos por el tamaño de algunas galerías comerciales, no tenemos duda de ello. Las poderosas Gana Arte Center, Sejul Gallery, Kimi o Seoul Auction, comparten barrio con interesantes espacios alternativos como Total Art Museum (aquí lo alternativo, no atiende a la misma valoración que haríamos en un contexto europeo, ya que muchas instituciones que se denominan ‘alternativas’ se ubican en modernos edificios diseñados por famosos arquitectos y gozan de presupuestos holgados, y hacen referencia, más bien, a cierta independencia frente a organismos oficiales del estado o la municipalidad metropolitana). En Sagan-Dong o Insa-Dong encontramos más galerías y espacios como Hyundai una de las más antiguas de la ciudad, Gukje, PKM, Insa-Art Space o Pool que desde 1999 viene realizando exposiciones individuales de los artistas jóvenes más interesantes. Nabi Art Center, de la poderosa compañía de telecomunicaciones SK, es conocido por su programa en nuevos medios. En la parte norte de la ciudad podemos visitar la Korea Culture and Arts Foundation, que como el resto de espacios gubernamentales muestran una programación desigual. En la parte más agitada y joven de la ciudad en torno al área universitaria de Hongik (conocida coloquialmente como "Hongdae"), podemos encontrar espacios de gran interés como Ssamzie, con un interesante programa de residencias, o Alternative Space Loop, gran dinamizador, que son muestra de una extraña mezcla entre un modelo alternativo y corporativo muy extendido en la ciudad. Modelo que, por otro lado, está permitiendo a los artistas trasladar sus prácticas y confrontarlas con las de otros colegas, teniendo la posibilidad de viajar, estudiar o trabajar en algún momento de su carrera fuera de sus país (principalmente a Europa y EE.UU.) con financiación a través de poderosas fundaciones privadas pertenecientes a las grandes corporaciones nacionales.
A este contexto social y macroeconómico tan específico, hay que añadir el hecho de que las tecnologías de información y comunicación han tenido un nivel de aceptación y de adaptación por parte de las generaciones más jóvenes que han transformado prácticamente el paisaje social y cultural de las grandes áreas metropolitanas. No olvidemos que hablamos del país de Samsung, LG. Semicon, Hyundai, Daewoo, Kia, Ssangyong…
No es de extrañar que uno de los mayores experimentos de lo que denominamos Periodismo 2.0 del mundo naciera en Seúl en el año 2000. Oh Yen Ho, un periodista de revistas, comenzó un diario digital llamado OhmyNews con 727 coreanos que respondieron al lema "cada ciudadano es un reportero". Corea del Sur es uno de los países más conectados a la Red, con un 75% de penetración de banda ancha en el 2000, por lo que Oh Yeon Ho pensó que había hueco para un portal en Internet con actualización informativa permanente y en conversación colectiva con los lectores. Unos años más tarde OhMyNews, se ha convertido en uno de los medios más influyentes en su país y modelo de periodismo participativo en todo el mundo. Más de 40.000 lectores han colaborado con su información, sus experiencias y opiniones en el medio digital ha revolucionado la prensa en Corea del Sur. Los periodistas ciudadanos reciben entre 5 y 20 dólares por sus artículos, que son editados y contrastados por 38 editores profesionales. Publican alrededor de 200 informaciones diarias, de las que un 70% están escritas por los colaboradores ciudadanos. Este sería un claro ejemplo del nivel de sofisticación y cambio en las jóvenes generaciones de surcoreanos. Las iniciativas culturales y tecnológicas con un marco de representación cada vez más difuso se extienden hasta formar parte del paisaje cotidiano. Los sistemas de representación y difusión se han trasladado a redes inmateriales. Cada vez es más difícil el concepto de lo permanente y más probable el de zonas híbridas y temporales. En una ciudad como Seúl se puede palpar la contradicción de un proceso cultural necesariamente lento frente a un ritmo de desarrollo tecnológico y social frenético, es un verdadero laboratorio de los medios. Para vivirlo en su todo su caos nada mejor que visitar Yonsang, el inmenso mercado de la electrónica. La práctica artística surcoreana se está alimentado, como no podía ser de otro modo, de todos estos cambios.
Young-Hae Chang Heavy Industries son un claro ejemplo de ello, a caballo entre Nueva York y Seúl, han conseguido con sus secuencias de texto-imagen recuperan para la Red algunos aspectos cinematográficos y de animación que habían quedado insuficientemente explorados. En uno de sus proyectos Web más conocidos Cunnilingus in North Korea (junto a su Dak0ta), Young-hae Chang y Marc Voge ironizan sobre la dialéctica del sexo y el género en el corazón de los sistemas políticos y económicos. En esta relación advierten con sus irónicas animaciones de texto sobre el sexismo ligado al capitalismo en relación a Corea del Sur, y la igualdad sexual unida al marxismo y al comunismo en correspondencia a Corea del Norte.
La historia moderna de Corea, está marcada por una serie de heridas profundas cuya mejor representación sigue viva en la profunda llaga que parte a cuchillo la península coreana desde el Mar Amarillo al Mar del Japón. Una herida artificial e impuesta sobre el paralelo 38 tras la Segunda Guerra Mundial en 1945 y rubricada con sangre y fuego en la primera confrontación armada de la Guerra Fría. Una guerra no oficial entre EE.UU. y la URSS que estableció un modelo para muchos conflictos posteriores, pero sobretodo, un acontecimiento que separaría a los coreanos y los situaría en un estado de tregua permanente.
De esto habla un prometedor proyecto iniciado por la joven curator Nathalie Boseul Shin, Middle Corea, una especie de estado imaginario, un proyecto colectivo de artistas y curators que opera en el espacio de ficción creado en la zona desmilitarizada (demilitarised zone, DMZ) entre la Corea del Norte y la del Sur. Un espacio inhabitado desde el 27 de julio de 1953, una especie de reserva vetada de 248 kilómetros de larga por 4 kilómetros de ancha (dos kilómetros a cada lado de la línea divisoria impuesta militarmente). Un paraíso ecológico que surge a partir de este proyecto imaginario, sin ideología, intacto, que sirve al colectivo para desplegar por diversos medios la idea de un espacio de reflexión, utópico, ‘real’. Forman parte del colectivo artistas como Joon Ho Jeon, Kira Kim, Tae Jung Kim, Riyas Komu, Yongbaek Lee, Ligyung, Moon Hyungmin, Sun Tag Noh, Jae Oon Rho, Yangachi…
Corea es desde su separación en dos mitades una idea que anida imborrablemente en la imaginación de todo coreano. Y estos se reparten entre la República Popular Democrática de Corea y la República de Corea, entre la Corea del Norte y la del Sur, entre el comunismo y el capitalismo, entre la generación que vio como las separaban y la que nació para vivir la separación, es decir, entre quienes sufrieron la guerra y quienes nacieron en la paz de la separación y la amenaza de una tregua sin desenlace definitivo. Sin duda estos sentimientos, en ocasiones encontrados, marcan las preocupaciones y el sentido de un gran número de manifestaciones artísticas de los coreanos y definen una parte importante de las prácticas artísticas de muchos de ellos.
La cuestión nacional es un argumento recurrente en un país reiteradamente invadido, con multitud de matices que aluden a distintos aspectos militares o económicos, pero absolutamente difícil de gestionar cuando apuntan a la relación entre la dominación y la subordinación en aspectos culturales. Aunque las jóvenes generaciones no son imitadoras de los valores y los mensajes del imperialismo, una gran cantidad se muestra entusiasta con los productos culturales occidentales, lo que supone cierta contradicción. Algunas élites políticas muestran cierto recelo a este tipo de amenazas a la identidad cultural nacional.
Las interesantes fotografías de Sun Tag Noh reflejan perfectamente el sentir de gran parte de la población surcoreana con respecto a las controvertidas relaciones con EE.UU. País aclamado en principio como los libertadores de la ocupación Japonesa y ahora fuertemente contestados por las generaciones más jóvenes. Como Sangdon Kim que con trabajos como el presentado en la última Bienal de Busan de Manu Park reflejan un sentir generacional que cada vez se enuncia con mayor proyección.
Mi impresión de la escena artística surcoreana no puede desgajarse de la impresión de un occidental que desconoce la lengua y en gran parte la cultura del país asiático y sería imposible describirla con un mínimo de rigor. El panorama es vasto, vital y muy heterogéneo y inexplicablemente desconocido en un país como España a pesar de su difusión en otros países occidentales, no obstante en eventos recientes como la última edición de PHotoEspaña PHE06) hemos podido acceder de forma puntual al trabajo de fotógrafos como Bae Bien-U o Koo Jeong-a.
Tras 50 años de división en junio del 2000 se produjo el primer contacto oficial entre las dos coreas con un vuelo en el que el presidente Kim Dae Jung viajo con su delegación desde Seúl a Pyongyang. 50 años representados en un vuelo de sólo una hora, pero toda una esperanza para muchos coreanos, que como el joven artista Yangachi simbolizan con su energía, su capacidad crítica y su talento el anhelo de su generación, el de una Corea reunificada.


Daniel G Andújar




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