Impresiones sobre la escena artística contemporánea coreana (2008)
Al saber que me venía a Seúl, el artista Daniel G. Andújar y amigo, me envió un texto que escribió en 2008, analizando la situación del panorama artístico coreano. Quizá esté un poco desactualizado, sin embargo, recomiendo su lectura para un primer contacto con el arte contemporáneo coreano:
IMPRESIONES
SOBRE LA ESCENA ARTÍSTICA CONTEMPORÁNEA COREANA
Intentar una
aproximación a los procesos artísticos que se viven en Corea no puede hacerse
sin una reseña explicita al trabajo de su referente más importante en
occidente. La proyección del artista Nam June Paik en el arte del siglo XX es
innegable. Las exploraciones artísticas iniciales de Paik en el terreno de los
medios de comunicación de masas, y en concreto del video y la televisión han
contribuido de manera notable a extender el potencial artístico de estos en la
esfera del arte.
En su primera
exposición en solitario en 1963: Exposition of Music-Electronic Television
(Exposición de música- televisión electrónica), celebrada en la Galerie Parnass
de Wuppertal, Alemania, presentaba aparatos de televisión dispersados por toda
la sala y colocados en los laterales y al revés, que habían sido alterados por
el artista para distorsionar la recepción de las transmisiones. Mediante gran
número de instalaciones, vídeos, emisiones globales de televisión, películas y
performances, Nam June Paik ha logrado modificar nuestra percepción de la
imagen temporal en el arte contemporáneo y su trabajo ha jugado un papel
importantísimo en la introducción y aceptación de la imagen electrónica en
movimiento la relación de los espectadores con estos medios.
Nam June Paik,
desaparecido recientemente, ha sido una figura clave en la esfera internacional
y un punto de inflexión generacional importante para el contexto artístico
coreano. Paik es un referente que traza un perfecto puente entre generaciones y
su figura funciona como embajador del arte coreano contemporáneo en el mundo
occidental. Su presencia es más que referencial, como puede observarse en el
Seoul Museum of Art, y su memoria será preservada perfectamente desde el
NamJunePaik Museum, donde se está comenzando a explorar aspectos importantes de
la pedagogía y didactica del arte contemporáneo. Su especial visión sobre el
uso de las tecnologías de información y comunicación, fue uno de los primeros
en usar el término telecommunication superhigway, es usada referencialmente y
funciona como articulación e hilo conductor para las nuevas generaciones de
artistas coreanos, y no solamente por estos ya que la figura de Paik ha sido
utilizada como una especie de icono de una Corea del Sur sofisticada y
tecnológicamente avanzada.
La orilla asiática del
Pacífico es la región que ha registrado el mayor crecimiento económico del
mundo en los últimos treinta años. Con el triunfo de la democracia en 1987,
Corea del Sur ha experimentado un crecimiento industrial y económico
impresionante, llegando a lograr un lugar privilegiado entre los países más
desarrollados del planeta. En aquellos momentos tumultuosos de emancipación
democrática surgieron con gran aceptación internacional artistas como Lee Bul,
Suh Do-Ho o Kim Soo-ja que fueron aceptados rápidamente por un incipiente
mercado del arte global en estos momentos el relato de aquellos años 80
continúa en las pinturas autobiográficas del artista Junghun Kim.
Corea del Sur es un
país moderno, avanzado y evolucionado, que mantiene una economía de vanguardia,
y puede competir a escala global con cualquier país occidental. Su capacidad
para exportar tecnología moderna y de calidad es indiscutible, y sin duda toda
esa eficiencia y competitividad está permitiendo a la sociedad surcoreana una
gran solvencia para hacer frente a profundas transformaciones sociales y
culturales. Esto choca estrepitosamente con la situación en el norte, la economía
de Corea del Sur es 23 veces más grande que la del Norte y sus gastos de
defensa son siete veces más grandes.
La crisis de mediados
de los 90 supuso un verdadero sock, con episodios como el hundimiento de todo
un símbolo, el grupo Daewo, o el aborto de macroproyectos como el edificio de
Frank Gehry que sería la sede del Museo Samsung. Una vez superado este
paréntesis la rápida evolución de la economía coreana continúa transformando la
realidad cultural y social del país. Esto ha permitido, en estas dos últimas
décadas, a toda una nueva generación de surcoreanos abrir sus referentes
culturales buscando formación en las principales ciudades europeas y
norteamericanas, acelerando ciertos procesos globalizadores. Seúl, Pusan,
Kwangju, Daegu, son sin duda grandes complejos metropolitanos, donde se
concentra la gran parte de los cerca de 49 millones de surcoreanos, pero no son
precisamente ciudades cosmopolitas. Este aspecto está cambiando rápidamente, al
menos, en lo que respecta a la escena cultural, que se muestra cada vez más
globalizada. En Corea del Sur, como en el resto del planeta, en este caso
coincidiendo con los años pares, en las ciudades de Seúl, Pusan o Kwangju se
celebran bienales de arte contemporáneo con cifras de público que sobrepasan
las citas más prestigiosas en Europa.
En la gran metrópoli
que es Seúl, el cambio es constante, complejo y heterogéneo en una ciudad llena
de contrastes donde emergen y se entrecruzan las estructuras financiadas por
poderosas fundaciones pertenecientes a las corporaciones de la nueva industria
coreana y los espacios más radicalmente alternativos. Un sofisticado entramado
de infraestructuras e instituciones artísticas y culturales que dinamizan la
ciudad desde barrios como Pyungchang-Dong, donde en la ladera del monte Bukak,
una zona rica y muy esponjada en una ciudad muy compacta, se distribuyen
impresionantes galerías privadas, algunas de mayor tamaño que muchos museos
europeos. Allí encontraremos a la flor y nata del boyante coleccionismo
asiático. El mercado del arte en Corea se amplió en base al crecimiento
económico de la burbuja en los años 90 y los artistas jóvenes comenzaron a ser
introducidos en la escena internacional del arte. Kim Soo-ja, Lee Buhl, Choi
Jung-wha, Yook Geun-byung, Kim Young-jin y Cho Duk-hyun comenzaron a ser muy
conocidos para la audiencias internacionales, se comenta que ahora se está
moviendo mucho más dinero que antes de la crisis de mitad de los 90. Si
juzgamos por el tamaño de algunas galerías comerciales, no tenemos duda de
ello. Las poderosas Gana Arte Center, Sejul Gallery, Kimi o Seoul Auction,
comparten barrio con interesantes espacios alternativos como Total Art Museum
(aquí lo alternativo, no atiende a la misma valoración que haríamos en un contexto
europeo, ya que muchas instituciones que se denominan ‘alternativas’ se ubican
en modernos edificios diseñados por famosos arquitectos y gozan de presupuestos
holgados, y hacen referencia, más bien, a cierta independencia frente a
organismos oficiales del estado o la municipalidad metropolitana). En
Sagan-Dong o Insa-Dong encontramos más galerías y espacios como Hyundai una de
las más antiguas de la ciudad, Gukje, PKM, Insa-Art Space o Pool que desde 1999
viene realizando exposiciones individuales de los artistas jóvenes más
interesantes. Nabi Art Center, de la poderosa compañía de telecomunicaciones
SK, es conocido por su programa en nuevos medios. En la parte norte de la
ciudad podemos visitar la Korea Culture and Arts Foundation, que como el resto
de espacios gubernamentales muestran una programación desigual. En la parte más
agitada y joven de la ciudad en torno al área universitaria de Hongik (conocida
coloquialmente como "Hongdae"), podemos encontrar espacios de gran
interés como Ssamzie, con un interesante programa de residencias, o Alternative
Space Loop, gran dinamizador, que son muestra de una extraña mezcla entre un
modelo alternativo y corporativo muy extendido en la ciudad. Modelo que, por
otro lado, está permitiendo a los artistas trasladar sus prácticas y
confrontarlas con las de otros colegas, teniendo la posibilidad de viajar,
estudiar o trabajar en algún momento de su carrera fuera de sus país
(principalmente a Europa y EE.UU.) con financiación a través de poderosas
fundaciones privadas pertenecientes a las grandes corporaciones nacionales.
A este contexto social
y macroeconómico tan específico, hay que añadir el hecho de que las tecnologías
de información y comunicación han tenido un nivel de aceptación y de adaptación
por parte de las generaciones más jóvenes que han transformado prácticamente el
paisaje social y cultural de las grandes áreas metropolitanas. No olvidemos que
hablamos del país de Samsung, LG. Semicon, Hyundai, Daewoo, Kia, Ssangyong…
No es de extrañar que
uno de los mayores experimentos de lo que denominamos Periodismo 2.0 del mundo
naciera en Seúl en el año 2000. Oh Yen Ho, un periodista de revistas, comenzó
un diario digital llamado OhmyNews con 727 coreanos que respondieron al lema
"cada ciudadano es un reportero". Corea del Sur es uno de los países
más conectados a la Red, con un 75% de penetración de banda ancha en el 2000,
por lo que Oh Yeon Ho pensó que había hueco para un portal en Internet con
actualización informativa permanente y en conversación colectiva con los
lectores. Unos años más tarde OhMyNews, se ha convertido en uno de los medios
más influyentes en su país y modelo de periodismo participativo en todo el
mundo. Más de 40.000 lectores han colaborado con su información, sus
experiencias y opiniones en el medio digital ha revolucionado la prensa en
Corea del Sur. Los periodistas ciudadanos reciben entre 5 y 20 dólares por sus
artículos, que son editados y contrastados por 38 editores profesionales.
Publican alrededor de 200 informaciones diarias, de las que un 70% están
escritas por los colaboradores ciudadanos. Este sería un claro ejemplo del
nivel de sofisticación y cambio en las jóvenes generaciones de surcoreanos. Las
iniciativas culturales y tecnológicas con un marco de representación cada vez
más difuso se extienden hasta formar parte del paisaje cotidiano. Los sistemas
de representación y difusión se han trasladado a redes inmateriales. Cada vez
es más difícil el concepto de lo permanente y más probable el de zonas híbridas
y temporales. En una ciudad como Seúl se puede palpar la contradicción de un
proceso cultural necesariamente lento frente a un ritmo de desarrollo
tecnológico y social frenético, es un verdadero laboratorio de los medios. Para
vivirlo en su todo su caos nada mejor que visitar Yonsang, el inmenso mercado
de la electrónica. La práctica artística surcoreana se está alimentado, como no
podía ser de otro modo, de todos estos cambios.
Young-Hae Chang Heavy
Industries son un claro ejemplo de ello, a caballo entre Nueva York y Seúl, han
conseguido con sus secuencias de texto-imagen recuperan para la Red algunos
aspectos cinematográficos y de animación que habían quedado insuficientemente
explorados. En uno de sus proyectos Web más conocidos Cunnilingus in North
Korea (junto a su Dak0ta), Young-hae Chang y Marc Voge ironizan sobre la
dialéctica del sexo y el género en el corazón de los sistemas políticos y
económicos. En esta relación advierten con sus irónicas animaciones de texto
sobre el sexismo ligado al capitalismo en relación a Corea del Sur, y la
igualdad sexual unida al marxismo y al comunismo en correspondencia a Corea del
Norte.
La historia moderna de
Corea, está marcada por una serie de heridas profundas cuya mejor
representación sigue viva en la profunda llaga que parte a cuchillo la
península coreana desde el Mar Amarillo al Mar del Japón. Una herida artificial
e impuesta sobre el paralelo 38 tras la Segunda Guerra Mundial en 1945 y
rubricada con sangre y fuego en la primera confrontación armada de la Guerra
Fría. Una guerra no oficial entre EE.UU. y la URSS que estableció un modelo
para muchos conflictos posteriores, pero sobretodo, un acontecimiento que
separaría a los coreanos y los situaría en un estado de tregua permanente.
De esto habla un
prometedor proyecto iniciado por la joven curator Nathalie Boseul Shin, Middle
Corea, una especie de estado imaginario, un proyecto colectivo de artistas y
curators que opera en el espacio de ficción creado en la zona desmilitarizada
(demilitarised zone, DMZ) entre la Corea del Norte y la del Sur. Un espacio
inhabitado desde el 27 de julio de 1953, una especie de reserva vetada de 248
kilómetros de larga por 4 kilómetros de ancha (dos kilómetros a cada lado de la
línea divisoria impuesta militarmente). Un paraíso ecológico que surge a partir
de este proyecto imaginario, sin ideología, intacto, que sirve al colectivo
para desplegar por diversos medios la idea de un espacio de reflexión, utópico,
‘real’. Forman parte del colectivo artistas como Joon Ho Jeon, Kira Kim, Tae
Jung Kim, Riyas Komu, Yongbaek Lee, Ligyung, Moon Hyungmin, Sun Tag Noh, Jae
Oon Rho, Yangachi…
Corea es desde su
separación en dos mitades una idea que anida imborrablemente en la imaginación
de todo coreano. Y estos se reparten entre la República Popular Democrática de
Corea y la República de Corea, entre la Corea del Norte y la del Sur, entre el
comunismo y el capitalismo, entre la generación que vio como las separaban y la
que nació para vivir la separación, es decir, entre quienes sufrieron la guerra
y quienes nacieron en la paz de la separación y la amenaza de una tregua sin
desenlace definitivo. Sin duda estos sentimientos, en ocasiones encontrados,
marcan las preocupaciones y el sentido de un gran número de manifestaciones
artísticas de los coreanos y definen una parte importante de las prácticas
artísticas de muchos de ellos.
La cuestión nacional es
un argumento recurrente en un país reiteradamente invadido, con multitud de
matices que aluden a distintos aspectos militares o económicos, pero
absolutamente difícil de gestionar cuando apuntan a la relación entre la
dominación y la subordinación en aspectos culturales. Aunque las jóvenes
generaciones no son imitadoras de los valores y los mensajes del imperialismo,
una gran cantidad se muestra entusiasta con los productos culturales
occidentales, lo que supone cierta contradicción. Algunas élites políticas
muestran cierto recelo a este tipo de amenazas a la identidad cultural
nacional.
Las interesantes
fotografías de Sun Tag Noh reflejan perfectamente el sentir de gran parte de la
población surcoreana con respecto a las controvertidas relaciones con EE.UU.
País aclamado en principio como los libertadores de la ocupación Japonesa y
ahora fuertemente contestados por las generaciones más jóvenes. Como Sangdon
Kim que con trabajos como el presentado en la última Bienal de Busan de Manu
Park reflejan un sentir generacional que cada vez se enuncia con mayor
proyección.
Mi impresión de la
escena artística surcoreana no puede desgajarse de la impresión de un
occidental que desconoce la lengua y en gran parte la cultura del país asiático
y sería imposible describirla con un mínimo de rigor. El panorama es vasto,
vital y muy heterogéneo y inexplicablemente desconocido en un país como España
a pesar de su difusión en otros países occidentales, no obstante en eventos
recientes como la última edición de PHotoEspaña PHE06) hemos podido acceder de
forma puntual al trabajo de fotógrafos como Bae Bien-U o Koo Jeong-a.
Tras 50 años de
división en junio del 2000 se produjo el primer contacto oficial entre las dos
coreas con un vuelo en el que el presidente Kim Dae Jung viajo con su
delegación desde Seúl a Pyongyang. 50 años representados en un vuelo de sólo
una hora, pero toda una esperanza para muchos coreanos, que como el joven artista
Yangachi simbolizan con su energía, su capacidad crítica y su talento el anhelo
de su generación, el de una Corea reunificada.
Daniel
G Andújar
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